Resumen

En 1970, por cada 100 matrimonios hay tres divorcios; en el 2003, esta cifra se eleva a 11 divorcios y para 2008 hay 14 divorcios por cada 100 matrimonios y en el 2010, las cifras continúan multiplicándose. Las consecuencias de un divorcio son catastróficas, si el matrimonio se caracterizaba por una buena convivencia, su separación será más difícil de aceptar, ya que un matrimonio inestable y agresivo, podrá entenderse con facilidad la decisión de acabarlo, aunque dejará mucho dolor y resentimiento.

Las reacciones de los jóvenes no están predeterminadas, varían de acuerdo a su edad, su historia familiar y la situación que se encuentre sus padres antes y después del divorcio. Si los niños cuentan de tres a cinco años de edad se sentirán culpables por no haber cumplido con alguna responsabilidad u orden de los padres (tareas, deportes, etc.) Durante este período de tiempo es en el que la relación de pareja es primordial para la seguridad física y emocional del niño.

Se considera que la edad entre los 6 y 12 años es la más difícil ya que los niños conocen el problema, más no lo entienden, y mucho menos saben cómo reaccionar, tienden a optar por la parcialidad o presionar a sus padres para que regresen por medio de actos auto-destructivos ( heridas físicas, problemas académicos). Aunque los adolescentes son los que más riesgos tienen de auto-lastimarse, ya que se sienten solos, culpables, con miedo y dudan de tener una relación estable. El divorcio aumenta que los jóvenes abusen del alcohol y del uso de las drogas, y en el peor de los casos, el suicidio.

 

Referencias:

García, Jose Antonio. "Efecto del divorcio en los hijos". Psicoterapeutas.com.Información consultada el día 26 de Septiembre del 2010 en:http://www.psicoterapeutas.com/terapia_de_pareja/divorcio_hijos.html